Zapata: 100 años, 100 fotos
ENVIADO POR EL EDITOR EL Martes, 30/11/-0001 - 00:00:00 AMCarlos A. Jáuregui, David M. Solodkow y Karina Herazo Ardila (comps.), Emiliano Zapata: 100 años, 100 fotos, Bogotá / México, Universidad de los Andes-Facultad de Artes y Humanidades / Ediciones Uniandes / Casasola México, 2022.

Francisco Alejandro González Franco*
Este libro es el catálogo de una serie de exposiciones montadas de manera simultánea en Colombia, Estados Unidos, México y el Reino Unido en 2019. A través de las páginas de Emiliano Zapata: 100 años, 100 fotos, el lector puede conocer rostros de aquellos actores que formaron parte del Ejército Libertador del Sur y que la historiografía tradicional había omitido hasta ahora. Así podemos acercarnos a zapatistas como Amelia Robles Ávila, uno de los primeros casos registrados en México de cambio de género, porque (como mencionan Samuel Villela y Helga Baitenmann) este personaje es el primer caso registrado en el ejército zapatista en que una mujer decidió asumirse hombre y obligó a las autoridades militares a que lo reconocieran como el coronel Amelio Robles Ávila.
Otros personajes destacados que aparecen en el libro son Carmen Robles “La Costeña”, parte de la comunidad afromestiza que se integró al Ejército Libertador del Sur, y Amparo Salgado, que provenía de la clase media guerrerense. La presencia de estas mujeres confirma que el zapatismo fue un movimiento polifacético, más que exclusivamente campesino, que albergó distintos sectores sociales, donde las mujeres no eran simples “adelitas” sino verdaderas combatientes con poder de mando militar e incluso beneficiadas por ciertos tintes progresistas en materia de género. El debate visual-textual sobre el papel de la mujer es discutido en los capítulos de Samuel Villela, “Mujeres guerrerenses en el zapatismo” y Helga Baitenmann, “El doble crimen de ser mujer y zapatista”, que pueden inspirar nuevas investigaciones sobre el género en la Revolución.
Los autores rescatan fotografías valiosas tomadas a personajes que en un principio se encontraban en bandos opuestos al zapatismo pero que, después de la Convención de Aguascalientes, cambiaron de bando y se integraron a los ejércitos populares de la insurrección, es decir, al villismo o al zapatismo. Algunos casos fueron los del general Eugenio Aviña o el joven Gustavo Baz Prada, político mexiquense y futuro rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien inició como un ferviente zapatista y culminó como parte de la facción menos progresista del Partido Revolucionario Institucional en la década de 1940.
El libro aborda también cuestiones teórico-metodológicas sobre el uso de la imagen como documento de análisis histórico. En su artículo “Emiliano Zapata en imágenes”, John Mraz revierte la práctica, todavía frecuente entre los investigadores, de utilizar las fotografías como imágenes decorativas de los textos. Este autor invita a descubrir nuevos elementos de análisis que generen conocimiento partiendo de las fotografías. Así ocurre, por ejemplo, en el caso de Cruz Sánchez, quien fuera presidente municipal de Yautepec durante la Revolución, simpatizante de la causa zapatista y fotógrafo. Esta conjunción de intereses lo llevó a convertirse en cronista de la imagen del Ejército Libertador del Sur en Morelos, como descubrieron Gustavo Casasola Salamanca y Olinca Olvera en su contribución “Crónica de una odisea. Emiliano Zapata: 100 años, 100 fotos”.
El libro también se ocupa de la construcción del discurso histórico a través de la fotografía. Mediante la continua interpretación y apropiación, las imágenes del caudillo sureño han recobrado sentidos, aparentemente indelebles, que habían permanecido ocultos todo este tiempo, y han encontrado otros nuevos. ¿En qué forma ocurre esta “recontextualización” de la imagen? ¿Cuál es la respuesta apropiada del historiador a ella? En “Retornos espectrales y múltiple conjuro de Emiliano Zapata”, Carlos A. Jáuregui y David M. Solodkow se adentran en una amplia documentación proveniente de archivos nacionales e internacionales, públicos y privados, para analizar no sólo la información sobre Zapata y su lucha de principios de siglo, sino también sobre las nuevas reinterpretaciones.
Lo mismo ocurre con “Imagen, resistencia y figuración sígnica”, el artículo de Francisco de Parres Gómez. El primer día de enero de 1994, indígenas y campesinos chiapanecos se levantaron contra el gobierno tecnocrático de Carlos Salinas de Gortari. En su propia interpretación de Zapata y el zapatismo, conformaron el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, no una simple apropiación de símbolos históricos, sino la expresión de la conciencia histórica que existía en las clases más desfavorecidas. Este artículo aborda el neozapatismo a través de excelentes fotografías tomadas por el autor, donde los retratos de los zapatistas modernos ahora contienen rostros ocultos por pasamontañas.
La opinión de la prensa respecto del zapatismo osciló entre una poca aprobación, en los medios favorables a la insurrección, y el linchamiento mediático cuando las demandas campesinas fueron desatendidas, primero por el gobierno de Madero y, más tarde, por Victoriano Huerta. El líder del Ejército Libertador del Sur fue apodado “Atila del Sur” y atacado. Una muestra de cómo el periodismo progubernamental recontextualizó las imágenes de los zapatistas y las utilizó en contra de ellos mismos es quizás la única carencia del catálogo, porque un análisis fotográfico de la prensa de aquella época (como la fotografía de la fachada incendiada de la cárcel de Yautepec, que se incluye en el libro) contribuiría a la radiografía amplia sobre el zapatismo que los autores pretenden llevar al público lector, y a observar con mayor detenimiento las fotografías.
Emiliano Zapata: 100 años, 100 fotos incurre inevitablemente en cierto grado de violencia, especialmente en las imágenes del cadáver de Emiliano Zapata, donde los rostros de los deudos muestran dolor e indignación. ¿Cómo conciliar estas genuinas emociones con el deseo, común en una época y medio en que la fotografía era todavía una novedad curiosa, de ganar la atención de los fotógrafos? Esta cuestión corresponde al ensayo de Sandra Sánchez López, “Notas sobre fotografía e historia: la propuesta de John Mraz”. La autora, a partir de los postulados de Mraz, otorga el sustento documental pertinente a estas fotografías.
Una de las aportaciones más importantes de la exposición-catálogo fue presentar las herramientas metodológicas del análisis de la fotografía al público no especializado. Mario Omar Fernández (autor del capítulo “De la museografía a la investigación-acción participativa”) llevó los materiales gráficos al gran público mediante talleres de grabado, dibujos, exhibiciones exteriores, composiciones artísticas, y montaje de exposiciones de arte popular, como los tradicionales altares de muertos. Pero sobre todo, rompió con las fronteras tradicionales del zapatismo y neozapatismo para llegar al público británico y sudamericano, donde la figura de Emiliano Zapata adquiere nuevos significados. Así, Emiliano Zapata: 100 años, 100 fotos se convierte en una herramienta de comunicación sobre una historia y unos personajes que ya no sólo pertenecen a México.
* Oficina para la Memoria Histórica de México.